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Investigador de GWR entrega visión respecto de las desaladoras

Actualmente las plantas desalinizadoras cuentan con planes de vigilancia ambiental e innovaciones y estudios científicos de los entornos donde se realizan las descargas de salmuera para asegurar operaciones que no alteren el equilibrio del ecosistema submarino.

Los efectos que puede tener la extracción del agua de mar en el ecosistema y la biodiversidad marina, han sido una de las principales preocupaciones derivadas del uso de plantas desaladoras como una herramienta para combatir la crisis hídrica.

En ese sentido, cómo se realiza la liberación de la salmuera o el proceso de captación, son algunos de los impactos derivados del proceso de desalación, explica Laura Ramajo, investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2). "Cuando la salmuera es desechada al mar genera a nivel local un aumento de la salinidad.

Los niveles de salinidad son importantes para los organismos, ya que estos en su mayoría están adaptados a unos niveles muy específicos y pocas variaciones", sostiene la investigadora, detallando que cuando estos cambios persisten en el tiempo, los organismos entran en lo que se denomina "estrés osmótico".

Entre las especies más afectadas se reportan organismos sobre el sustrato arenoso, pues -debido a su densidad- la salmuera "se posa sobre los fondos, afectando notablemente a la fauna bentónica como moluscos y crustáceos, así como peces de fondo", afirma Laura Farías, académica del Depto. de Oceanografía de la Universidad de Concepción (UdeC) e investigadora del Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (Secos).

Afortunadamente, considerando el volumen actual de agua procesada y los proyectos en vías de construcción, "los efectos de alcance general no serán vistos a corto plazo, pues los expertos señalan que los ciclos hidrológicos operan en escalas de tiempo de decenas de miles años", afirma el Dr. Julio Romero, académico del Departamento de Ingeniería Química y Bioprocesos de la Usach, destacando que aún así es relevante potenciar la investigación local sobre estos efectos y manejar las ubicaciones de las plantas según las condiciones ambientales de cada territorio.

Medidas de mitigación

Conscientes de la necesidad de contar con operaciones responsables, "las plantas desaladoras cuentan actualmente con modelos oceanográficos, planes de vigilancia ambiental, videos y estudios científicos de la biota en el entorno de las descargas e inmisarios, que dan cuenta de la vida que se desarrolla en tomo a estas instalaciones submarinas", explica Rafael Palacios, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Chilena de Desalinización (Acades). Las áreas de influencia que alcanza la descarga de salmuera en plantas como las de Antofagasta, Copiapó, Caldera o Tocopilla, agrega, son superficies similares o menores a la de una cancha de tenis, por lo que "en ningún caso las plumas salinas llegan a la costa, puesto que ya a los 10 metros de la descarga, aproximadamente, se tiene diferencias de menos del 5% de salinidad con el entorno".

"En la medida que la tecnología ha ido evolucionando y se han ido introduciendo diversas innovaciones, los efectos ambientales de las plantas desaladoras son compatibles con la flora y fauna marina", coincide Waldo López, gerente de Desarrollo de Negocios Agua de Acciona, y resalta que a nivel de consumo de energía, este es bajo en comparación a otros procesos productivos. “Para producir mil litros de agua se consume la misma energía que requieren tres secadores de pelo durante una hora de funcionamiento", ejemplifica.

A juicio de Javier Moreno, gerente general de Aguas Pacífico -firma dedicada a la desalinización-, existe mucha desinformación con respecto a la gestión de la salmuera. "Nuestro proceso lo único que hace es retirar la sal del agua de mar para obtener agua dulce, devolviendo al mar agua con mayor concentración de sal. No incorporamos ningún elemento adicional, ni ensuciamos esa agua que se retorna al mar", puntualiza.

Moreno asegura que el foco de sus operaciones es la pérdida neta cero de biodiversidad, algo que han abordado mediante un programa de monitoreo de los niveles de salinidad, la implementación de un sistema de captación sin succión para proteger a las especies de la bahía y el uso de un set de difusores que facilitan que el agua de descarte se diluya rápidamente.

Desafíos

Pese a los avances, Alejandra Stehr, académica de la UdeC y consejera del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), asegura que "todas las medidas de mitigación se deben evaluar en el sitio específico", aclarando que no existen estándares, pues depende del lugar donde se realiza la descarga de salmuera.

Así, algunos de los desafíos son asegurarse de que cuando la salmuera vuelva al mar esté bien disuelta y evaluar el impacto acumulado de todas las desaladoras que puedan operar en un sector, advierte Cristian Chadwick director del Diplomado en Hidrología e Impactos del Cambio Climático y académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la UAI.

Fuente: Diario Financiero

 

 


 

 

 

 

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